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Mostrando entradas de octubre, 2010

Canteros de Veruela: magia a la vera del Moncayo

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'Genios del aire, habitadores del luminoso éter, venid envueltos en un jirón de niebla plateada. Silfos invisibles, dejad el cáliz de los entreabiertos lirios, y venid en vuestros carros de nácar, a los que vuelan uncidas las mariposas. Larvas de las fuentes, abandonad el lecho de musgo y caed sobre nosotras en menuda lluvia de perlas. Escarabajos de esmeraldas, luciérnagas de fuego, mariposas negras, ¡venid!. Y venid vosotros todos, espíritus de la noche; venid zumbando como un enjambre de insectos de luz y oro. Venid, que ya el astro protector de los misterios brilla en la plenitud de su hermosura. Venid, que ha llegado el momento de las transformaciones maravillosas. Venid, que los que os aman os esperan impacientes... '. [Gustavo Adolfo Bécquer: La corza blanca] A firmaba don Javier Lambán Montañés, allá por el año 2005, siendo Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, que los hermanos Bécquer y el monasterio de Veruela son uña y carne. Es imposible separarlos sin

El Camino de la Oca pasa por San Juan de Rabanera

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N o sería descabellado pensar en el símil del cuento aquél en el que el protagonista, sin duda precavido, iba dejando miguitas de pan por el suelo, con el fin de no errar en el camino de regreso y perderse en el bosque. El Camino de Santiago, cualquiera que sea el origen de sus múltiples itinerarios, sería, simbólicamente hablando, ese bosque tupido y tenebroso, pero a la vez repleto de misterios, enseñanzas y maravillas que habría que recorrer para alcanzar el premio final del mayor de los tesoros con los que pueda soñar el ser humano: el Conocimiento. L os canteros medievales, al igual que el protagonista del cuento, serían los transmisores o depositarios de esas miguitas de pan que, a modo de señales, indicarían una dirección a seguir, valiéndose, a la vez, de un código que, aprehendido y mantenido en secreto a lo largo de milenios de existencia humana, contendría pequeñas lecciones de una sabiduría ancestral, cuya comprensión llevaría a la Gnosis final. U na de esas pequeñas migaja